jueves, 17 de diciembre de 2009

Fidelidad al estilo

Corrian los años 70`s, un grupo de quinceañeras de instituto regresaban de un día de excursión, una de ellas se pegaba a la ventanilla del bus para captar la onda de radio que le permitiera poder escuchar la definición de lo que sería la última defensa del titulo de Carlos Monzón frente a Rodrigo Valdés.

Fue Cassius Clay, que luego pasaría a llamarse Muhammad Alí, el que le dió energía a este deporte y le abrió las puertas a un grupo de boxeadores que convirtieron a esa época en la verdadera "Era Dorada" del boxeo. Y aquél que para mi sobresale en esa era, fue en mi humilde opinión el MEJOR mediano de los últimos cuarenta años, en retrospectiva, tengo que poner a Monzón por encima de todos.

En 102 combates profesionales Carlos Monzón nunca fue noqueado. Estamos hablando de tiempos en los que las peleas por el título eran a quince rounds. Un famoso periodista lo describía como una bestia. Y yo pensé, qué perfecto adjetivo para describir a Monzón. Todas las veces, con cualquiera que se enfrentó siempre dejó la impresión de ser mucho más fuerte. Hubo algunos que eran más listos, más rápidos, o incluso mejores pegadores, como el temible Bennie Briscoe, pero la fortaleza y la determinación de Monzón superó todos los desafíos.

Poco a poco la resistencia y el poder de Monzón comenzaban a minar el talento de sus rivales. Sobre el ring, era frío y calculador. Era tenáz e implacable. Podía lanzar sus golpes desde todas las posiciones, aún retrocediendo.

Me gustaria partir de ésta introducción para hacer un paralelismo con el juego del Barcelona de Pep Guardiola.

El Barcelona, con unas pocas excepciones, termina siempre controlando el partido. No descubro nada si digo que la estrategia de su juego se basa en la posesión del balón, complementada por un buen juego de posición, circulación alta y definición.
Según el gran Cruyff, el juego de posición y en el ritmo de balón son las claves. "Todo ello con un fin: crear los espacios, las posibilidades para acabar marcando un gol.

Cuando el porcentaje de posesión marca 70% para los de Guardiola, el rival poco a poco se va desdibujando en el terreno, a veces , como ya ha pasado, te pueden sorprender en una contra, pero a medida que transcurren los minutos, esta situación desgasta en lo físico y en lo psicológico, ya que el objetivo es el gol y sin la pelota eso es imposible.
Dependiendo de las características del rival, puede suceder que el juego del Barça provoque más de un bostezo, cuando se limita a tocar, a mover el balón, circular y mantener posesiones largas, puede hasta resultar aburrido.

Lo mismo le pasaba a los rivales de Monzón, quien golpe tras golpe, de a poco, y fiel a su estilo, acababa con las posibilidades de quienes tuviera en frente.
Sabíamos que era el mejor pero en cada defensa del titulo, al principio uno siempre estaba con algo de miedo, y cuando veiamos que el otro estaba tocado, queriamos apurar la resolucion, pero Carlos seguia fiel a su estilo.

En ambos casos cuando no se traicionan los principios los buenos resultados al final, acaban llegando.

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